Y dos semanas después… comamos, bebamos, y… disfrutemos recordando el Concierto de Carlos de Abuin

Y dos semanas después, cumplo con la encomienda de plantificar unas cuantas letras que expresen, mínimamente, lo que fue el comienzo de este nuevo ciclo de Canciones al filo. Para alguien que solo puede presumir de ser fiel escuchante, es harto difícil. Pero como también es un honor, consideraremos que un plato musical no se estropea porque un pinche trastee un poco entre los pucheros. Se puede pensar que un guiso, cuanto más tiempo tarde en hacerse, mucho mejor, y no digamos de un buen vino. En este caso, el hecho de comentarlo con tanto retraso, me lleva a olvidarme de muchos ingredientes, pero también se puede deducir que si dos semanas después me sigo acordando del Concierto, es porque lo degusté de manera especial.

Carlos de Abuín en Guadarrama
Copyright Beatriz Pérez Otín

Ese Gran Cartel, que quedará en el blog debajo de este pequeño articulito, comienza con un Concierto al que yo tuve la suerte, el honor y el privilegio de asistir. Yo, mi hermano Rafa y más fieles seguidores de la música cantautoril.

Los ingredientes para el plato conciertil sabatino eran de lo más interesante:
Carlos de Abuin, alma y organizador de este ciclo, acompañado al bajo de Jose Manuel Maillo (¡cómo se le veía disfrutar!), a la batería de Miquel Ferrer, y con la colaboración de su amigo Chema Lara. Fieles escuchantes musicales éramos los que nos dimos cita en lo que fue una antigua iglesia de Guadarrama y hoy es el “Centro Cultural La Torre”, espacios que le dan a la Música un sabor especial.

Si de algo me he dado cuenta, desde que saboreo los guisos musicales de Carlos, es que son de lo más variado y sorpresivos; vamos, que trastea con la experimentación que es un gusto. Con él estoy comprobando que, aunque mi oído musical es de lo más tradicional, me embeleso escuchando sus experimentaciones musicales.
Comenzó con una canción que ya se ha convertido en muy familiar para mí: “Quisiera ser Gulliver”. Si fuese programadora musical de la televisión, la incluiría, sin ninguna duda, como sintonía de algún programa sobre libros. Como también empiezan a serme familiares otras canciones como “Baladilla de los tres ríos”, la primera que le escuché en directo en la Sala Trovadicta, en un Concierto de su amigo Francisco Espinosa. Y una de esas canciones que han hecho en colaboración es “Barcelona”, que tiene como punto de partida otro texto literario, la 2ª parte de el Quijote.

Carlos de Abuín en Guadarrama
Copyright Canciones al filo

Su inspiración también se mueve por hechos cotidianos, como ocurre en “Siglo XXI”. Y no desaprovecha ocasión para transmitirnos su pasión por la Música de Jacques Brel con su canción “Amsterdam”, y por la Música de Hilario Camacho con “El agua en sus cabellos”, sobre un poema de Antonio Machado.
Y junto a las anteriores nos ofreció una degustación de esas canciones que discurren dulcemente: “Nuei”, “La balada de Arnold Breit…”, canción que discurre dulcemente por una historia, y valdría dar la vuelta a la tortilla, digo a la frase: historia que transcurre por una canción. Otros ingredientes, nuevos para mi paladar auditivo, fueron “Johannes Kepler” y “Canción para Norma Jean”, en esta última se nos remontó a su juventud.
Chema, además de su arte con la fotografía, nos deleitó acompañando a su amigo Carlos en “La Balada de Arnolt Breit y…” y se hacía raro verlo con la guitarra de Carlos. A continuación, siguió con la que considera un clásico de su repertorio: “Si te vas”. Al igual que su autor, yo también la considero un clásico y me gusta como tal.

Carlos de Abuín en Guadarrama
Copyright Beatriz Pérez Otín

En lo que podría ser el postre, mención especial para “mi canción”: “La balada de Arnolt Breit y Clara Holt». Sonó “divinamente” entre aquellas viejas paredes. De las pocas veces que la he escuchado en directo, ésta se me hizo particularmente corta.

Hay canciones que son especiales para empezar un Concierto, y otras que sirven para cerrarlos, lo que en términos gastronómicos vendría a ser el cafecejo. El otro día descubrí que la de “El perdedor” es ideal para ello.

Valor añadido, como si fuese un condimento, son los comentarios que Carlos nos hizo del motivo de cada canción, un escuchante así lo corroboró al finalizar el Concierto. A eso le podemos añadir otra especia, que Chema tuvo en Beatriz Perez Otín a una contrincante fotográfica.

Que disfrutásemos con el Concierto de Carlos no quita para que el post-concierto consistiese en una degustación gastronómica en el fiel sentido de la palabra. Pero esta crónica debería ir en un apartado gastronómico, faceta de la que el compositor Carlos de Abuin podría darnos muy buenas lecciones. Post-concierto en el que las conversaciones fueron pasando del tema musical al teatral. De los pinitos de algunos (Bea) a las actuaciones de otros (mi hermano Rafa, con su grupo Trastos Teatro). Había por allí mucha calidad artística reunida y, rodeada como estaba de artistas (escritores, cantautores, gente del teatro), una solo trata de que se le pegue algo, pero ni por esas…

Yo animo a todos a que no se pierdan los Conciertos que quedan de este ciclo serrano. Varios motivos se mezclan para que el guiso musical sea de lo más apetecible: Músicos que viven su Música, aunque no vivan sólo de ella; lugares con encanto serrano donde la Música suena especialmente bien, aunque no fuesen creados para estos menesteres; sin olvidarnos de la causa solidaria que los mueve, colaborar con Médicos del Mundo, aunque las altas instancias madrileñas se empeñen en lo contrario.

Este artículo carece de comentarios musicales profesionales. Sería un atrevimiento por mi parte meterme en esos berenjenales. Yo solo sé que si tuviese que volver a disfrutar ese concierto lo haría sin dudarlo.

Fdo.: CSC

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